ESCUCHANDO AL BUEN PASTOR
Escuchando al Buen Pastor:
El Camino del Discernimiento Profético a través de la Meditación, la Reflexión y la Imaginación Santificada
Introducción: La Voz que Transforma y el Acceso al Reino
¡Gracia y paz a vosotros, amados del Señor! Hoy vamos a sumergirnos en un pasaje fundamental de las Escrituras, Juan capítulo 10, donde Jesús se revela como el Buen Pastor.
Este capítulo no solo nos habla de Su cuidado y amor incondicional, sino que nos abre una puerta a una dimensión clave de la vida en el Espíritu: el oír Su voz y el ver en el Espíritu.
Vivimos en un tiempo donde el Padre nos está invitando a una mayor intimidad con Él, a discernir Su voluntad y a movernos con precisión profética.
Para ello, necesitamos herramientas que nos ayuden a silenciar el ruido del mundo y a sintonizar con las frecuencias del Cielo.
Hoy exploraremos cómo la meditación, la reflexión y el uso santificado de nuestra imaginación son claves divinas para acceder a esa realidad espiritual. No son conceptos esotéricos, sino principios bíblicos que nos conectan con la voz y la visión del Buen Pastor.
Cuerpo de la Enseñanza: Juan 10 y el Oír su Voz
Leamos juntos Juan 10:1-5, 9-11, 14, 27-28:
"De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador. Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca. Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. Mas al extraño no seguirán, sino huirán de él, porque no conocen la voz de los extrañ1os." (vv. 1-5)
"Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas." (vv. 9-11)
"Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen." (v. 14)
"Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen; y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano." (vv. 27-28)
Punto Clave 1: "Mis ovejas oyen mi voz..." (Juan 10:27)
Este es el fundamento. Jesús no dice "Mis ovejas podrían oír mi voz", sino "Mis ovejas oyen mi voz". Esto es una declaración de capacidad y realidad espiritual. Como Sus ovejas, tenemos la capacidad inherente de escucharle. El problema no es si Él habla, sino si estamos sintonizados para recibir.
La Meditación (Hagah - Hebreo): Saborear Su Palabra
La meditación bíblica no es simplemente leer, sino rumiar, saborear cada palabra, como una oveja que mastica su alimento para extraer todo su nutriente. Es permitir que la Palabra se asiente en el corazón y la mente.
Cuando meditamos en Juan 10, por ejemplo, nos preguntamos: ¿Cómo suena la voz del Pastor para mí hoy? ¿Qué me está diciendo Él en esta situación? ¿Cómo se manifiesta Su pastoreo en mi vida?
Esta práctica calma el alma y crea un espacio interior donde la voz suave y apacible del Espíritu puede ser escuchada con mayor claridad. Es un acto de profunda reverencia y honor al Señor.
Punto Clave 2: "Yo las conozco, y me siguen..." (Juan 10:27)
El conocimiento es mutuo y lleva a la obediencia. No es un conocimiento superficial, sino una intimidad profunda. Para seguirle, necesitamos no solo oír, sino también entender y aplicar lo que oímos. Aquí entra la reflexión.
La Reflexión: Discernir la Sabiduría y la Estrategia del Pastor
La reflexión es el proceso de pensar profundamente sobre lo que hemos meditado. Es el discernimiento intelectual y espiritual. Nos preguntamos: ¿Qué significa esto para mi situación actual? ¿Cómo se aplica esta verdad a la persona por la que estoy orando? ¿Cuál es la estrategia del Reino en este asunto?
Para un líder apostólico y misionero, la reflexión es crucial para la preparación de enseñanzas y el desarrollo de currículos. Es el momento donde la revelación se destila en principios aplicables.
En la reflexión, permitimos que el Espíritu Santo nos muestre los patrones, las conexiones y las implicaciones de lo que hemos recibido, llevando la revelación del cielo a la tierra.
Punto Clave 3: "Yo soy la puerta... yo soy el buen pastor..." (Juan 10:9, 11) - Ver el Reino y la Imaginación Santificada
Jesús no solo habla, sino que es la realidad misma. Cuando dice "Yo soy la puerta" o "Yo soy el buen pastor", nos invita a no solo oír Su voz, sino a verle en acción, a visualizar Su carácter y Sus atributos. Aquí es donde la imaginación santificada se convierte en un portal.
La Imaginación Santificada: Un Ojo Espiritual para Ver en el Reino
Nuestra imaginación es una poderosa facultad dada por Dios. Cuando la entregamos al Espíritu Santo, se convierte en un "ojo" espiritual para percibir las realidades celestiales. No es fantasía, sino la capacidad de visualizar la verdad de la Palabra y la actividad del Espíritu.
Ejemplos Bíblicos: Ezequiel vio el valle de los huesos secos, Juan vio el Cielo en Apocalipsis. No eran meras "visiones físicas", sino percepciones profundas dadas por el Espíritu que implicaban un "ver" con la mente y el corazón santificados.
Cómo practicarla:
En Juan 10: Puedes cerrar tus ojos y imaginarte como una oveja en el redil, escuchando la voz de Jesús. ¿Cómo es Su voz para ti? ¿Qué sientes? ¿Cómo se ve Él como tu Pastor? Míralo yendo delante de ti.
En el ministerio de sanidad: Al orar por alguien, puedes imaginar la mano sanadora de Jesús sobre la persona, la luz de Su gloria llenando el lugar enfermo, o visualizar a la persona completamente restaurada. Esto no es manipular, sino alinear nuestra fe y nuestra visión con la voluntad de Dios, quien ya es el Sanador.
En la oración intercesora: Imagina las cadenas rompiéndose, los velos cayendo, la luz del evangelio penetrando una nación o una ciudad. Esto energiza nuestra fe y nos ayuda a orar con mayor convicción.
La imaginación santificada es el puente que nos permite ver en el Espíritu lo que el Padre está haciendo, lo que Jesús ha provisto y lo que el Espíritu Santo está activando. Es un acto de fe que se proyecta en la realidad espiritual.
Aplicación: Activación y Caminar en Discernimiento
Amado hermano, para ti como líder apostólico y para aquellos que te siguen:
Para discernir qué está haciendo Dios en una ciudad, persona o reunión: Medita en pasajes como Juan 10. Reflexiona: ¿Qué ovejas está llamando el Pastor aquí? ¿Qué puerta está abriendo? ¿Quién es el ladrón que busca hurtar? Y luego, con tu imaginación santificada, visualiza la estrategia del Pastor. ¿Cómo se ve el Reino manifestándose en ese lugar?
Para preparar sermones y enseñanzas: La meditación y reflexión en la Palabra te darán la revelación. La imaginación santificada te ayudará a visualizar la aplicación práctica y a usar metáforas e imágenes que el Espíritu te dé para comunicar la verdad con poder.
Para guiarte en dinámicas culturales en España: Medita en la identidad de Jesús como el Buen Pastor que conoce a todas Sus ovejas. Reflexiona sobre la cultura local, honrando las tradiciones. Usa tu imaginación para visualizar a Jesús caminando en esas calles, interactuando con las personas de esta nación, y cómo Su amor se expresaría en ese contexto cultural.
Para el ministerio de sanidad: Permite que tu imaginación te ayude a ver la compasión de Jesús derramándose sobre el enfermo, la sangre de Cristo cubriendo y limpiando, el poder de resurrección restaurando. Sé gentil pero lleno de autoridad, porque la visión te dará la certeza.
Conclusión: Un Camino de Intimidad y Poder
La meditación, la reflexión y la imaginación santificada no son fines en sí mismos, sino canales divinos para una intimidad más profunda con el Buen Pastor y para un mayor poder en el Espíritu. Nos ayudan a oír Su voz con claridad, a entender Su corazón y Su mente, y a ver con los ojos del cielo las realidades del Reino que Él anhela manifestar en la tierra.
Mientras caminamos con Él, el Buen Pastor, nuestra vida será cada vez más un reflejo de Su amor, Su sabiduría y Su poder.
¡Permitamos que el Espíritu Santo nos guíe más profundamente en este camino de discernimiento profético!